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Capítulos I - II - III Final
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EL PODER NINJA ETERNO - Vida Ninja, Sangre Ninja -
 
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PRELUDIO: La introducción a Naruto Blood


La era de los Yokuma y los de el Humo han pasado atrás, un clan bárbaro de batalla, en fuerza y en poder, reúne sus tropas en frente del Abismo de Hell. Centenares de Hombres, que pueden extraer sus huesos... los Kaguya, se enfilan directo hacia una muerte casi segura.
Sabias fueron las palabras de uno de los Legendarios "La época de la fuerza bruta había acabado". Era momento de atacar mediante la inteligencia y la osadía. Pero no. Los Kaguya han mantenido el poderío en Kirigakure durante milenios, y no podían eludir sus cometidos de guerra y sangre. Ellos buscaban saciarse en batalla, y no se detendrian ante nuevas tecnologías.
Los Ninjas de la aldea oculta entre las Nieves, representantes de lo último en armamento y tecnología, se enfrentaban a unos torpes ciegos armados con palos y maderas.
Ése sería el fin de la fuerza bruta, y abriría paso a una nueva era, una era de guerras modernas, donde los Legendarios han desaparecido, y donde los hijos del linaje real, emprenden camino hacia una verdadera y sangrienta prole de muerte y putefracción.
Yo he sido testigo de lo que se avecina, mi padre, muerto de viejo, ha sido sabio, y me ha enseñado a triunfar y a liderar sobre el resto de las masas, pero inevitablemente, hay estelas del pasado, que corrompen el futuro. Hoy, me enlisto para una nueva guerra.
Los estúpidos aliados del pasado, encegecidos por el poder, no me han admitido aún como el máximo exponente en el País del Fuego. Yo, he llamado a las armas, a todos los clanes bajo mis pies, puesto que la guerra se aproxima una vez mas. Los sabios concejeros Hyuga, y la elite de los Nara, han hablado, y cuento con su apoyo. Nosotros, los Uzumakis, hemos liderado Konoha, desde que mi ancestro, Naruto Namikaze, muere en el valle del fin, a manos de un hijo de los Uchiha.
Nunca nos hemos llevado bien con dicho clan. Su desconfiada mirada, y su inepta cegedad, no les deja ver la luz, y no asumen un único camino recto y justo. Son simples y meras marionetas, a cargo de los del clan Hatake, que sin mas que mirar, declaran guerras a cuantos paises se les ocurra, e invaden robando riquezas y tronos. Hoy, no tengo la misma fuerza que tenia de joven, he perdido reflejos, y eso es notorio, puesto que me he vuelto viejo. He perdido al amor de mi vida, mi humilde esposa ha fallecido, y no me quedan muchas espadas por afilar. Nunca he perdido mi valentía, y ante la cobardia de los rivales, estoy dispuesto a cargar contra el poder maldito de los Uchiha. Me he hecho invulnerable a su Sharingan, y puedo atacar rápido y letal, pero mis probabilidades son bajas, pues estamos en inferioridad numérica.
He mandado halcones mensajeros de guerra a la aldea oculta de la arena, pero ellos se niegan a batallar, puesto que su lider, Nabul VIII, no quiere arriesgar sus tropas ante el temible poder del Rayo. Los sabakus tienen tanta ancia de gloria y de sangre como nosotros los Uzumakis, y aunque nos apoyaron desde tiempos ancestrales, sus líderes han sido siempre los mismos ingenuos, gente sin capacidad y sin poder mental. Hemos sufrido su ineptitud en lo económico, pero siempre fuimos mas fuertes que los de la arena en lo militar. Mis Hyugas, expertos ninjas en combate cuerpo a cuerto, han desarrollado, algo ancestral, y han logrado desaparecer ese maldito punto ciego en su Byakugan. Es entendible que ahora, sean por lejos, el clan más poderoso de Konoha, incluso, según creen algunos, más poderosos que los Naras.
Domadores de sombras, o ninjas con la vision blanca, ambos clanes, estan a mis órdenes, y sé que viven y mueren por mi. Mis ninjas, elite en Jounnins Uzumakis, y expertos en combate a media y corta distancia, estamos armados y preparados para la batalla que tendrá lugar hoy, a la puesta del sol en los Pantanos Nori, contra nuestros archirivales, los Uchiha.
En completa desventaja numerica, a razon de 1 sobre 4, ellos perfilan para el Norte, marchando al rugir de sus tambores y leones. Francamente, tengo más miedo a su contra-espionaje, que a sus soldados rasos. He oído, que el reciente clan aliado a los de Kumogakure, puede meterse en las mentes de los demás, e incluso usar un genjutsu elevado. Si es asi, sólo las frías y calculadoras mentes de nuestros genios Nara, podrían darnos la victoria, en caso contrario, estariamos marchando ante una guerra que no podemos ganar...
Mi hijo, hoy inicia la academia, y aunque no tiene más de 4 años, ya domina a la perfección técnicas del elemento Aire, como el Rasengan y posee una resistencia sobrehumana. Apenas habla, pero ya es un prodigio. Yo sé que si hoy muero en batalla, él me sucederá, pues el destino de un futuro sin guerras depende de él. Hijo mio, sangre de mi sangre, si hoy me toca ser carne de cuervo, espero que puedas ser alguien mejor que yo, y logres todo lo que yo no logré. Aprende de mis errores, porque es probable que sean muchos.
Mi katana, y mi armadura están listas, mis tropas se han de juntar en el monte Hokage, para planificar nuestro avanze y nuestro ataque a los pantanos Nori.
Ruego a algún dios... si es que existe... que no permita que el destino de los de Konoha, sea el mismo que el de los Kaguya.


CAPÍTULO 1: Una brillante mañana, la tempestad del pasado


Unos cuantos años han pasado desde aquello. Nadie se esperaba un empate, y una propuesta de paz en medio de la sangrienta batalla. El Raikage Takuru, del clan Hatake, me propuso un sello de paz y armonía. Por primera vez en milenios, las rutas entre Konohagakure y Kumogakure se abren. He oido de mi padre, que ancestralmente, los Uchiha y los Hatake, eran parte de Konoha, pero que luego de la Séptima Gran Guerra Ninja, ellos huyeron al Sur, a situarse en los territorios de Hoshigakure. Francamente me interesa muy poco, pero es bueno y notorio que por fin, he escuchado algo coherente y positivo de parte de su Líder Hatake. Como lo predije, mis tropas Uzumakis, debastaron a los Uchiha, su Sharingan no surgió efecto ante nuestro poderoso Senjutsu, los descuartizamos, pero... ese nuevo clan, los Yamanaka, nos derrotaron completamente luego de eso. No teniamos chances de victoria, puesto que los Hyuga y los Hatakes estaban en plena batalla, al este de Nori. Bendigo a nuestros genios Nara, quienes apacibles, nos dieron la ventaja, y cuando estabamos por dar el remate final a las tropas Yamanakas, el Raikage declara un "Alto al Fuego" y dá por terminada la guerra. Estoy seguro que dejar esa guerrilla en empate, ha sido una sabia descición.
Hoy, Victor me ha sorprendido. Invoco a Iwata, Youshido y Gamabunta usando solo un tercio de su chakra. Aprendio a dominar el Senjutsu en pocas semanas, siendo que a mi, me ha llevado muchos años. Su madre estaría orgullosa de él en estos momentos... ya tienes 8 años, y superas a cualquiera de mis Chunnin mas calificados. Hoy, el concejero Hyuga Nesti, me preguntó de dónde sacabas tantas fuerzas, hijo mio, sangre de mi sangre. Le respondí que ni siquiera yo sabia, pero que esa era la fuerza que Konoha estaba necesitando. Él me sonrió.
Las cosas estan muy calmadas, el Clan Momochi en la aldea de la niebla, asume en poder, y un nuevo Mizukage ha sido coronado, el tipo aparenta poder, pero aún asi, sigue siendo desconfiable, luego de atacar a la aldea de la Arena, es notorio su falta de liderazgo. Francamente, no me interesa el futuro de Kirigakure, pero espero por su bien, que ese tipo abra los ojos antes de que sea muy tarde. El mes pasado viaje a Suna, para saludar a mis viejos amigos, los marionetistas Kaitsuka, el clan más honorable de Sunagakure. Ellos derivan de la gran primera marionetista Chiyo, y han dominado el arte de Monzaemon. Estoy muy cómodo con ellos, siempre me tratan bien, y me sirven un té que es inigulable. Soy amigo de sus cabecillas, y la verdad es que he aprendido mucho en ése viaje. Veran, mis huesos no son igual de resistentes que antaño, pero hay un viejo dicho que dice "Hazte fama, y héchate a dormir".
Es una verdadera lástima, pero a la vez una bendición. Hoy me ha llegado un comunicado del Templo de Fuego, que el último "Ukaeshi" ha fallecido a sus 98 años de edad. Él era el último ninja de la aldea de la Roca, que ahora se traslada a Suna, y con él, ha desaparecido el poder de la Nación de la Tierra. En éstos momentos, ANBU esta velando sus restos, y le está dando su merecido duelo. Qué bueno que mi padre ha trasladado a los ANBU a la aldea de las Rocas, allí, en la península de la piedra, siendo ese un lugar arbitrario y neutral, no corremos peligro de guerras, y eso tambien pone conforme a los Kages de las otras Grandes Naciones Ninja, seguramente han de pensar igual que yo. A partir de hoy, ya no somos más las 5 grandes naciones, sólo somos las 4 Grandes Naciones ninja... Fuego, Agua, Aire y Rayo. Me alegra que nuestras disputas con el Rayo hayan terminado, nuestra nueva alianza, ha aumentado mucho el tráfico de barcos mercantes desde el puerto de los Bosques de Kento, hasta Kumogakure. La verdad es que el Mar de los Lamentos tambien aparenta estar feliz con la alianza, puesto que hace meses que no hay ni una sola tormenta o tempestad.
En el país del Aire, las cosas siguen su curso, los Sabakus dominan esa aldea como siempre, y una nueva generación de Shinobis y Kunoichis esta empezando a renacer... Ninjas muy similares a nosotros, dominadores de Fuuton, llamados "Fuijin", se han puesto bajo las órdenes de Kazekage, y eso me pone feliz, es bueno que nuevos ninjas, con nuevos poderes, salgan a la luz. En mi viaje, me topé, en el Oasis Sora, con una de las líderes de los Fuijin. Llevaba un gran abanico, y era una señora mayor de edad. Una de sus aprendices, una niña de cabellos rubios, que estaba aprendiendo una técnica de aire, me miró muy extrañamente, y no se porque, pero automáticamente se me vino a la mente tu imagen, hijo mio. Ella tenia un par de años menos que tu, pero era realmente hermosa. Hijo, sé que estas joven aún, y que el amor no te importa, que sólo te importa tu entrenamiento y fortalecerte, pero algún día entenderás lo que es el amor de una mujer, como yo sentí lo que fue el amor a tu madre.
En el agua, las cosas siguen como siempre... los eternos Hyoton, se han aliado y han hecho las paces con los Momochis, pero nada se sabe de los Kaguya, muchos los creen extintos... pero en el interior de mi corazon, estoy muy seguro que aun siguen de pie. Cierto es que ni el País de la Lluvia, o el País de la Nieve, y mucho menos el País de la Tierra pueden compararse con las 4 Grandes Naciones Ninja, pero por si acaso, he mandado a mis ANBU a las fronteras de dichos paises para averigüar cualquier movimiento sospechoso. Hijo mio, tu padre es una persona muy precabida. Tengo todo calculado.


CAPÍTULO 2: El Intermedio, lo que la sangre profetizó


Hay algo que no me ha dejado dormir los últmos dias. He tenido sueños extraños donde unas oscuras sombras, provenientes del Oeste, atacaban a Konoha, y asesinaban a todos a su paso, menos a ti. Hijo mio, sangre de mi sangre, no se el significado del sueño, pero no me gusta, y me da mucha mala espina. Este es un sueño que se repite y se repite. No entiendo porque lo tengo, ya que las cuatro naciones ninja estamos en completa paz y amistad, y los otros paises no estan a la altura militar ni económica como para declarar una guerra a Konoha. Ésto es algo de lo que no me quiero fiar, es por eso, que hoy viajaré al Norte, voy rumbo a Kusagakure, para que me brinden soporte y ayuda en caso de guerra. Su líder es un sabio anciano, amigo mio, y sus ninjas son excelentes shinobis espías. No tan buenos como los Yamanaka de la aldea de las nubes, pero éstos, han desarrollado un Dojutsu similar al Byakugan, del cual estoy interesado. Estoy seguro que su Oráculo ha visto el futuro, y voy rumbo a ellos para escuchar sus buenas noticias. Muchas guerras he vivido, hijo mio, sangre de mi sangre, y no quiero que tu las vuelvas a vivir, como yo. Enlisto mis cosas, preparo mi carruaje, y espero a un representante de los Nara que me acompañara como mi escudero oficial.
La situación en las aldeas prosigue con total normalidad, y hasta los Uchihas demuestran ahora aprecio y cariño por Konoha. Militarmente estan muertos debido a nuestra última guerra, por eso, no me queda nada mas que pensar que en realidad, asumen a Konohagakure como una hermana mas, y no como sus antiguos rivales. Esto me alegra mucho.
Los caballos estan listos, y yo enlistado. Camino hacia la academia de Konoha, en el aula Alpha, donde tu estudias dia a dia, pues quiero darte el último beso, antes de mi partida. Ingreso a la academia, con mi equipo preparado, y mis armas a mi cintura, la mochila de carga en mi espalda, y con mi típico traje blindado.
Umino Ken, me recibe saludandome, y preguntandome si algo marchaba mal. No me importaba decirle que si o que no, pero me dio un sentimiento extraño, el no poder responderle esa pregunta, porque siendo sinceros, ni yo la sabia. Sólo atiné a decir "Pronto lo veremos", e ingresé al aula. Me miraste y sonreiste, no sabías que pensar, y aunque todavia sos chico, supiste darte cuenta que las cosas no estaban normales como de costumbre, mi rostro de preocupación, o mi vestimenta de combate, podrían haber influído en ese pensamiento tuyo. Mas me sorprendio lo que me dijiste, sin que yo cruze palabras, luego de venir a abrazarme. "¿Una nueva guerra?" me dijiste con una cara aun más fría y objetiva que la de cualquiera de mis rivales del pasado. Ésa mirada tuya, me ha sido tan impactante que aún sueño con ella, y no logro sacarmela de mis pesadillas.
"Aún no lo sé, voy camino a descubrirlo" fueron mis palabras ante tu rostro. Me acerco a ti, y te brindo un temeroso, pero paternal beso en la frente. Ese segundo, cerré los ojos, y deseé no ser Hokage. Hubiera preferido por ése segundo ser un simple campesino en Konoha, que ser el Líder del País del Fuego. Viviríamos en paz, sin guerras, luchas o entrenamientos, y tu madre aún viviria. Luego abro los ojos, y vuelvo a ver la realidad, como exponente, debía defender a mi pueblo, a mis amigos y a todos los ciudadanos de Konoha. Una de las causas de mi preocupación, no fue ése pensamiento de paz, sino ese sentimiento el cual no podia escaparse, y que minuto a minuto me repetia "Eres el Hokage, bríndale luz a tu aldea, y entrena a la siguiente generación..."
"¿Quieres que te acompañe?" fueron tus palabras de respuesta, que posiblemente no recuerdes, pero que yo jamás olvidaré. En ése instante, nada me hubiera gustado más. En caso de alguna emboscada, de algun asalto o lucha inesperada, te hubiera elegido como mi compañero de equipo, en vez de cualquier Jounnin en toda la extensa Konoha. Pero no podía apartarte de tus estudios, la mente y el cuerpo van a la par, tu mente y tu cuerpo estaban entrenados, pero necesitabas adquirir los conceptos de Cielo y Tierra, los conceptos de inteligencia y fuerza. Por tal, y ante tu mirada ahora angustiosa, respondí sonrriendo "No es necesario, estoy viejo, pero puedo valerme por mi mismo aún". Me miraste, y tus ojos cambiaron. Hay días en los que tu mirada simula ser de un joven de mas de 20 años, y hay días, en los que te veo jugando con tus compañeros, y veo a un bebé de menos de 5. Me abrazaste como no lo hacias hace mucho, y me dijiste sonriendome "No te mueras".


CAPÍTULO 3: En marcha hacia el Oráculo de la Hierba


"Es hora Hokage-sama" me dijo a mis espaldas mi escudero de los Nara. "Bien" fueron mis palabras vacías hacia el Jounnin, mientras miraba tu sonrisa.
"Hijo, no voy a morir. Adios" te dije mientras te dabas media vuelta en un giro, para volver a la clase. Yo estaba inclinado, semi-arrodillado, para estar a tu altura, por eso, me pongo de pie y girando yo también, abandono con el Nara el aula Alpha. Ya afuera, mis corceles negros y rojos, dignos equinos de Konoha, me esperaban enlistados y con sus armaduras típicas. El Nara, ve mi reflejo de mirada, y me dice automáticamente: "Es más seguro que un carruaje, más rápido y menos sobresaliente".
"El camino es largo, era de suponerse de los genios de Konoha" le dije mientras lo miré con una cara conforme. Dos caballos, y dos ninjas. Me subo al mío, y el Nara al propio. Partimos en cuestion de segundos. Aún mas rápidos que los toros de los feudales, o que los lobos de los Hyoton, éstos caballos han sido el orgullo de los transportistas civiles y militares de el País del Fuego. El viaje al Oráculo en Kusagakure, al Norte de Konohagakure, recién iniciaba, e ibamos a estar 6 dias y 6 noches hasta llegar a la frontera de dicha aldea.
Hace dos semanas le he enviado un halcón al Kusanokage, un monje muy sabio y buen aliado. Pero siendo sinceros, estoy seguro que el sabía que yo iría a su encuentro hace varios meses. El Oráculo de la aldea oculta de la Hierba, es conocida a nivel mundial, por ser un objeto característico y típico del futuro. Con unas luces raras, y un resplandor blanco, con tintes amarillos, y unos grandes bordes de cristal, con alas de fuego, derivantes de los antiguos gigantes del pasado, son algunas de sus formas gráficas posibles. Pero no existen palabras para expresar lo omnipotente de ése sitio. Al Sur-Este de Kusagakure.
Seis días, Seis noches, a galope máximo y a pique de estandártes, sin dormir y comiendo montados, parando sólamente para darles su líquido hidratante a los caballos. Protegidos del sol, siempre, por el enorme bosque ancestral de Konoha, que es la barrera natural de mi patria. Bosque, un digno bosque mágico, creado a partir del extinto elemento Mokuton, una barrera de sangre, casi tan maldita como el actual Sharingan. Unos árboles gigantes, refrescantes, y con aparente vida, son nuestros guías de día, y nuestros refugios de noche, mientras corremos sin parar.
"Estamos próximos, señor Hokage. Kusagakure está cerca" me dice el Nara mientras me ve a los ojos. Él era un ninja profesional, y uno de los mejores de su clan, pero el sueño, el cansancio y rastros de hambre, albergaban sus pupilas. "Ésta no es la primera vez que vengo, escudero. Conozco mi País como la palma de mi mano. Y yo que vos, mejor me agacharía, y apoyaría mi mejilla sobre el cuello de tu corcel." fue mi respuesta mientras me reía interiormente. Entonces me recuesto sobre la crin de mi caballo, con mi cara lo más cerca del cuero de la bestia.
"Señor, ésta es la primera vez que vengo a la Aldea Oculta en la Hierba, entiendo lo que dice, pero Hokage-sama, ¿Porqué debería agacharme y acercar mi mejilla al..."
Un fuerte impacto de una rama, se incrusta en la armadura del pecho del jounnin. El chaleco del Nara recibe de lleno la rama saliente de un árbol, aparentemente aparecido de la nada. El Nara, y fiel escudero, cae al suelo, como una piedra que impacta en el río y se hunde. "¿Qué? ¿De dónde salió eso? ¿Cómo es posible que no la haya visto ni sentido?" eran los gritos del Shinobi mientras estaba en el verde césped. Yo era en ése momento un campesino riéndome, cuan si hubiera ganado una apuesta.
Me bajo de mi caballo, y ayudo a levantar al Nara caído, que tenía más su orgullo ninja lastimado, que alguna parte de su cuerpo. Lo limpio un poco, y me vuelvo a sonreir. "Hokage sama, ¿Qué acaba de suceder?" me dice el ninja mientras, ya de pie, sacude su traje Shinobi del polvo y del pasto.
"Acabamos de entrar en los dominios de Kusagakure. Los bosques de Konoha, poseen árboles propios, diferentes a los demás del planeta. Éstos fueron creados con Ninjutsu puro, con un elemento ninja, y una dominación que sólo se narra en leyendas entre los abuelos de Konoha. Ésto hace de Konoha, una aldea prácticamente imposible de invadir a gran escala, y le brinda una defensa natural, una muralla de madera, que sólo los sabios pueden flanquear. Es por eso, que la última invación, durante la Décima Gran Guerra Ninja, sólo los del clan extinto "Mushidoken" del País de la Tierra, expertos en Doton y en un raro Mokuton, pudieron sortear éstos árboles. Pero su ataque fue inútil, porque nuestros ninjas estaban más preparados, descanzados y además jugábamos de local."
El Nara me ve algo despistado, pero entiende mis palabras, a lo que dice: "Yo soy uno de los más grandes Jounnin de el Clan de las Sombras, puedo sentir, esquivar, y contraatacar cualquier ataque a más de 80 metros, como por ejemplo una shuriken. Sigo sin entender, el porqué de mi golpe con la rama. Hasta un niño podría haber esquivado dicho golpazo, no se como no la ví".
Lo miro y me sonrío interiormente. Mientras el Nara me miraba apenado, y se terminaba de limpiar el polvo y el césped de su traje, le toco el hombro y le explico: "Muchacho, yo también estuve en tu situación de chico. Cuando era joven, apenas un niño, mi padre me trajo por primera vez por éstos rumbos. Y me sucedió exactamente igual que a ti. Fuí golpeado por una rama similar a ésta". El Nara me observa con unos ojos llenos de sorpresa: "¿Usted Hokage sama?".
"Asi es mi fiel escudero. Por ese entonces, yo era bastante bueno, se me decía el mejor de mi clan, y mi padre, el anterior Hokage me entrenaba. No te preocupes ni te apenes, es normal que no hayas visto la rama y eso es porque, según mi padre, éste bosque tiene una existencia propia. Escucha, la misión del bosque es proteger la entrada de los territorios de Konoha de los enemigos. Para ello, los árboles, poseen un nivel de crecimiento y desarrollo mucho mayor al de un árbol normal. Al estar hechos con chakra, y el elemento Mokuton original del Legendario Hashirama...". Alcanzé a decir, puesto que el Nara me interrumpió.
"¿Usted se refiere al legendario ninja, el primero en luchar contra los Uchiha, y en usar Elemento Madera?". A lo que respondi volviendo a montar a mi caballo: "Exactamente. Shodaime Hokage".
El Nara me sonríe y subiéndose él también a su caballo, me dice: "Entonces él es uno de sus antecesores, ¿verdad, Hokage sama? He oido cosas míticas y sorprendentes del Primero, se dice que creó Konoha".
"En efecto escudero. Él ha sido un genio en su época. Su barrera de sangre ha sido tratada de imitarse a travéz de la historia. Su poder fue bendecido por miles de dioses, y en conjuto al primer Uchiha, el oscuro Madara, en su última batalla en lo que hoy es el Valle del Fin, al Este de la Nación del Fuego, se le considera el Fundador de Konoha".
"Increible. No sabía mucho de ellos, al paso del tiempo, muchos documentos y pergaminos robados, y sobretodo, información cultural se ha perdido. Ahora entiendo porqué usted es Hokage, y el representante máximo en ésta aldea. Pero, sigo sin comprender lo de la condenada rama".
Comienzo a reirme, mientras nuestros caballos inician un trote lento y progresivo a travez de los últimos árboles del bosque. "Verás, mi padre me dijo ésto: Tu golpeaste la rama, no la rama a ti." Entonces, emprendiendo de nuevo el camino a gran velocidad le digo al escudero: "No entendi sus palabras al principio, pero luego me explicó que un arma genera un movimiento, un corte en el aire, y se siente el instinto asesino de su portador. Cuando te lanzan una shuriken, por ejemplo, sientes como ninja todos estos factores. Tus instintos y sentidos estan alerta. Por tu entrenamiento, te sería muy fácil esquivar el arma con los ojos cerrados y ponerte en poscición para un contraataque. Pero con éstos árboles es distinto, pues, el que se dirige al impacto sos vos. A la velocidad que nos dirigiamos, el viento llega a tus oídos, y no te permite escuchar ruidos o contactos alejados. Y al ser un árbol, no posee instinto asesino, por tal, tu estamina y adrenalina mental y corporal, no sienten el próximo golpe".
El Nara me mira, y sorprendido dice: "Oh, entiendo Hokage sama. Pero, si no la he oído, ni sentido, ¿Cómo es que no la he visto?"
"Eso se debe a la naturaleza de éstos entes. Al estar hechos con chakra, y al tener indicios de ninjutsu elemental y seguramente también ancestral, éstos árboles adaptan la capacidad de procrear sus células y moléculas, extremadamente rápido y sutil. Entonces, moldean y acondicionan sus extremidades según les dé por atacar, en éste caso defender. Originalmente, por el camino que ibas, no existía ninguna rama, pero el árbol más proximo sintió tu presencia, y creó esa rama de la nada, a partir de su tronco principal. Naturalmente, lo hizo cuando me miraste sorprendido. Y cuando te diste cuenta que enfrente tuyo había una rama, ya era demasiado tarde".